domingo, 20 de agosto de 2017

El DĺA DE MARACAY CELEBRADO POR TODO LO ALTO


Rumbosas fiestas con que el pueblo de Maracay celebró la fortunosa llegada a dicha región del Benemérito General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República de Venezuela. El artista fotográfico señor Guerra Toro, tomó las actuales vistas. (Revista “Billiken”, septiembre de 1927).

Generosa y noble iniciativa fue la que tuvieron los distinguidos señores y partidarios que iniciaron la celebración del “Día de Maracay”, en justa recordación del día venturoso en que el Benemérito General Juan Vicente Gómez, calados aún los arreos del combate, posó su planta victoriosa en la feraz campiña maracayera.

Ese día memorable fue el 23 de septiembre de 1899, y desde entonces Maracay, como si presintiera su pronta y radical transformación, amó al General Gómez, y éste también sintió por aquella vieja y semi arruinada ciudad el cariño que por ella experimentara el Ciudadano Esclarecido General José Antonio Páez y General Joaquín Crespo.

Maracay dimana toda su actual grandeza que la equipara a una ciudad moderna y civilizada, de ser aquél el asiento predilecto del Supremo Magistrado quien la ha ido dotando de edificios, paseos, y monumentos que la han transformado en una urbe espléndida.

Los miembros de la Sociedad “Glorias de Gómez”, no han hecho sino interpretar fielmente el sentimiento del pueblo maracayero, luego el del Estado Aragua y por último, el de toda la Nación, que celebra sinceramente en el triunfo de aquella hermana ciudad predilecta del Jefe, el triunfo de todas las comarcas venezolanas, logrando a costa de tantos sacrificios por la paz, soberana deidad que sólo ha hecho perenne en sus altares la fuerte voluntad de Gómez.

Maracay, por su magnífica situación a la entrada de nuestros extensos Llanos del suroeste, es como la llave de oro de aquellas comarcas, y sus peculiaridades de ser también lugar agrícola, ha hecho que se fijen en ella los hombres del trabajo y las iniciativas, y de ahí en su recinto ha visto cómo también crece y se anima la vida industrial y manufacturera, contando ya con grandes usinas de que se surten las otras ciudades de la República.

En este día de grandes exaltaciones patrióticas, Billiken siente especial placer en felicitar al Benemérito General Juan Vicente Gómez, por el homenaje de simpatía de que ha sido objeto y que es de estricta justicia y luego a la industriosa y feliz Maracay, que ha ejercitado una de las grandes virtudes que pueden anidar en el corazón de los hombres como de los pueblos: la gratitud.

(Publicado en la Revista “Billiken”, el 24 de septiembre de 1927).

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