martes, 24 de octubre de 2017

CHARLES LINDBERGH SE DESPIDE DE VENEZUELA



El “Espíritu de San Luis” deja Aeródromo de Maracay a las 6 y 55 de la mañana para aterrizar a las 4 y 50 de la tarde en St. Thomas.

Ya están en cuenta nuestros lectores que el “Águila Solitaria”, después de recibir los grandiosos homenajes que le rindió Caracas, regresó antenoche en automóvil a Maracay, abandonando el “Club Paraíso” a las 10 y 30.

Antes de retirarse de la hermosa fiesta, de cuyos exquisitos pormenores dimos cuenta en nuestra edición de ayer, el intrépido aviador dedicó el siguiente Mensaje de despedida a la Prensa de Caracas, el cual deseaba él fuera comunicado a la sociedad y pueblo venezolanos.

Dicho mensaje nos fue transmitido por el señor Rudolf Dolge, Presidente del Comité Venezolano de la Sociedad Panamericana, y dice su traducción:

Mensaje de despedida del Coronel Charles A. Lindbergh.

Al tomar el automóvil frente al lujoso Club, la multitud que esperaba la salida del Coronel Lindbergh, le hizo una nueva manifestación.

Lindbergh fue acompañado hasta la capital del Estado Aragua por distinguidos funcionarios públicos y el Encargado de Negocios de los Estados Unidos de Norteamérica, llegando a su alojamiento en aquella ciudad alrededor de la 1 y 40. Al retirarse de su habitación dispuso que se le despertara a las 4 y media de la mañana. Y a esa hora ya estaba en pie, llegando luego a las 5 y 30 al Campo de Aviación, para disponer activamente el vuelo. Personalmente prendió el motor del famoso avión, que es un Ryan de 250 caballos. En los hangares acompañaban al héroe altas personalidades oficiales del Estado, el coronel López Henríquez, Jefe de la Escuela de Aviación y los pilotos de la misma.

Con igual y admirable agilidad que en el aterrizaje, el piloto verificó la salida a las 6 y 15 minutos. Hizo una pequeña maniobra sobre el Campo y la ciudad y pocos instantes después ellos se perdían rumbo al Noreste con una velocidad calculada en más de 1.300 kilómetros por hora.

El paso del “Espíritu de San Luis” fue señalado a las 6 y 45 sobre Charallave; a las 6 y 55 sobre San Francisco de Yare; a las 7 y 7 sobre Caucagua; a las 7 y 20 sobre Panaquire y 20 minutos más tarde sobre Puerto Píritu, anunciándose su paso a las 8 sobre Barcelona, capital de Anzoátegui. Voló sobre Cariaco, en el Golfo del mismo nombre, a las 9 de la mañana. Desde ese momento se supone que abandonó el cielo venezolano pues no se le vio volar por ningún otro punto de nuestro territorio.

En la tarde, el Cable Francés anunció su paso a las 12 y 20 sobre San Vicente, Antilla (Inglesa al Norte de Trinidad), y sobre Santa Lucía, otras de las islas británicas, a la 1.

Nuevo cablegrama señaló después el paso de Lindbergh por Basse Terre, Guadalupe, a las 2, y finalmente se anunció su aterrizaje en St. Thomas a las 4 y 50 de la tarde, después de un recorrido de 1.200 kilómetros en 10 horas y 35 minutos.

Como ya lo había indicado antes de su salida, Lindbergh enfiló ese pintoresco rosario de islas que, arrancando de Trinidad va a rematar frente a La Florida al Sureste de los Estados Unidos.

Con lo que han hecho el famoso “Espíritu de San Luis” y su admirable piloto, otra nueva etapa en su vida de glorias.

Vayan hasta ellos el saludo de nuestro país, que todavía está animado por la emoción admirativa y cariñosa de su visita.

(Publicado en el Periódico “El Nuevo Diario”, el 1 de febrero de 1928).



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