El
“Espíritu de San Luis” deja Aeródromo de Maracay a las 6 y 55 de la mañana para
aterrizar a las 4 y 50 de la tarde en St. Thomas.
Ya
están en cuenta nuestros lectores que el “Águila Solitaria”, después de recibir
los grandiosos homenajes que le rindió Caracas, regresó antenoche en automóvil
a Maracay, abandonando el “Club Paraíso” a las 10 y 30.
Antes
de retirarse de la hermosa fiesta, de cuyos exquisitos pormenores dimos cuenta
en nuestra edición de ayer, el intrépido aviador dedicó el siguiente Mensaje de
despedida a la Prensa de Caracas, el cual deseaba él fuera comunicado a la
sociedad y pueblo venezolanos.
Dicho
mensaje nos fue transmitido por el señor Rudolf Dolge, Presidente del Comité
Venezolano de la Sociedad Panamericana, y dice su traducción:
Mensaje de despedida del Coronel Charles A. Lindbergh.
Al
tomar el automóvil frente al lujoso Club, la multitud que esperaba la salida
del Coronel Lindbergh, le hizo una nueva manifestación.
Lindbergh
fue acompañado hasta la capital del Estado Aragua por distinguidos funcionarios
públicos y el Encargado de Negocios de los Estados Unidos de Norteamérica, llegando a su
alojamiento en aquella ciudad alrededor de la 1 y 40. Al retirarse de su
habitación dispuso que se le despertara a las 4 y media de la mañana. Y a esa
hora ya estaba en pie, llegando luego a las 5 y 30 al Campo de Aviación, para
disponer activamente el vuelo. Personalmente prendió el motor del famoso avión,
que es un Ryan de 250 caballos. En los hangares acompañaban al héroe altas
personalidades oficiales del Estado, el coronel López Henríquez, Jefe de la
Escuela de Aviación y los pilotos de la misma.
Con
igual y admirable agilidad que en el aterrizaje, el piloto verificó la salida a
las 6 y 15 minutos. Hizo una pequeña maniobra sobre el Campo y la ciudad y
pocos instantes después ellos se perdían rumbo al Noreste con una velocidad
calculada en más de 1.300 kilómetros por hora.
El
paso del “Espíritu de San Luis” fue señalado a las 6 y 45 sobre Charallave; a
las 6 y 55 sobre San Francisco de Yare; a las 7 y 7 sobre Caucagua; a las 7 y
20 sobre Panaquire y 20 minutos más tarde sobre Puerto Píritu, anunciándose su
paso a las 8 sobre Barcelona, capital de Anzoátegui. Voló sobre Cariaco, en el
Golfo del mismo nombre, a las 9 de la mañana. Desde ese momento se supone que
abandonó el cielo venezolano pues no se le vio volar por ningún otro punto de
nuestro territorio.
En
la tarde, el Cable Francés anunció su paso a las 12 y 20 sobre San Vicente,
Antilla (Inglesa al Norte de Trinidad), y sobre Santa Lucía, otras de las islas
británicas, a la 1.
Nuevo
cablegrama señaló después el paso de Lindbergh por Basse Terre, Guadalupe, a
las 2, y finalmente se anunció su aterrizaje en St. Thomas a las 4 y 50 de la
tarde, después de un recorrido de 1.200 kilómetros en 10 horas y 35 minutos.
Como
ya lo había indicado antes de su salida, Lindbergh enfiló ese pintoresco rosario
de islas que, arrancando de Trinidad va a rematar frente a La Florida al
Sureste de los Estados Unidos.
Con
lo que han hecho el famoso “Espíritu de San Luis” y su admirable piloto, otra
nueva etapa en su vida de glorias.
Vayan
hasta ellos el saludo de nuestro país, que todavía está animado por la
emoción admirativa y cariñosa de su visita.
(Publicado
en el Periódico “El Nuevo Diario”, el 1 de febrero de 1928).
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