Rumbosas fiestas con que el pueblo de
Maracay celebró la fortunosa llegada a dicha región del Benemérito General Juan
Vicente Gómez, Presidente de la República de Venezuela. El artista fotográfico señor
Guerra Toro, tomó las actuales vistas. (Revista “Billiken”, septiembre de 1927).
Generosa
y noble iniciativa fue la que tuvieron los distinguidos señores y partidarios
que iniciaron la celebración del “Día de Maracay”, en justa recordación del día
venturoso en que el Benemérito General Juan Vicente Gómez, calados aún los
arreos del combate, posó su planta victoriosa en la feraz campiña maracayera.
Ese
día memorable fue el 23 de septiembre de 1899, y desde entonces Maracay, como
si presintiera su pronta y radical transformación, amó al General Gómez, y éste
también sintió por aquella vieja y semi arruinada ciudad el cariño que por ella
experimentara el Ciudadano Esclarecido General José Antonio Páez y General
Joaquín Crespo.
Maracay
dimana toda su actual grandeza que la equipara a una ciudad moderna y
civilizada, de ser aquél el asiento predilecto del Supremo Magistrado quien la
ha ido dotando de edificios, paseos, y monumentos que la han transformado en
una urbe espléndida.
Los
miembros de la Sociedad “Glorias de Gómez”, no han hecho sino interpretar
fielmente el sentimiento del pueblo maracayero, luego el del Estado Aragua y
por último, el de toda la Nación, que celebra sinceramente en el triunfo de
aquella hermana ciudad predilecta del Jefe, el triunfo de todas las comarcas
venezolanas, logrando a costa de tantos sacrificios por la paz, soberana deidad
que sólo ha hecho perenne en sus altares la fuerte voluntad de Gómez.
Maracay,
por su magnífica situación a la entrada de nuestros extensos Llanos del
suroeste, es como la llave de oro de aquellas comarcas, y sus peculiaridades de
ser también lugar agrícola, ha hecho que se fijen en ella los hombres del
trabajo y las iniciativas, y de ahí en su recinto ha visto cómo también crece y
se anima la vida industrial y manufacturera, contando ya con grandes usinas de
que se surten las otras ciudades de la República.
En
este día de grandes exaltaciones patrióticas, Billiken siente especial placer en felicitar al Benemérito General
Juan Vicente Gómez, por el homenaje de simpatía de que ha sido objeto y que es
de estricta justicia y luego a la industriosa y feliz Maracay, que ha
ejercitado una de las grandes virtudes que pueden anidar en el corazón de los
hombres como de los pueblos: la gratitud.
(Publicado en la Revista “Billiken”, el 24 de septiembre de 1927).