martes, 19 de abril de 2016

EL NUEVO PAVIMENTO DE LA PLAZA BOLÍVAR

La Plaza Bolívar de Caracas hoy modernizada con su artística rotonda de cemento armado, su feérica iluminación eléctrica y este pavimento terso, pulcro, limpio, son obras todas del General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República.

La que en tiempos coloniales y hasta ya entrada la República fue Plaza Mayor, y hoy ostenta con legítimo orgullo el nombre excelso de Bolívar, presentaba el gravísimo defecto de que su pavimento, con el uso y el tiempo transcurrido, no estuviera de acuerdo con la belleza e importancia de aquel parque, sitio de recreo de la urbe, y alegrado, en noches de retreta, por las armonías de la Banda Marcial.

El primer mosaico que cayó sobre el suelo de la Plaza Bolívar venía prestando sus servicios desde 1891, puesto en la Administración del Doctor Andueza Palacio, por los contratistas señores Ricardo Mortimer y Mauricio Báez, los que, como la industria mosaiquera era por entonces completamente desconocida en Caracas, tuvieron que importarlo de Europa.

En vista del deplorable estado que el mosaico presentaba en el uso, el General Rafael María Velasco, Gobernador del Distrito Federal, interpretando los deseos del Benemérito General Juan Vicente Gómez, resolvió encomendar el trabajo de pavimentación a una de nuestras más antiguas y acreditadas fábricas nacionales, la casa Chellini.

Un nuevo triunfo representa para la “Compañía Anónima Nacional de Mosaicos”, fundada por Eusebio Chellini hace más de treinta años, el flamante pavimento con que ha cubierto nuestro parque principal, la Plaza Bolívar.

Ya en otras ocasiones nos hemos ocupado de la importancia de esta Fábrica de Mosaicos, que fue la introductora de esa industria en Venezuela, industria de cuya utilidad puede juzgarse por el incremento que ha tomado con las modernas construcciones, lo que la ha hecho extenderse prodigiosamente.

Entre las primeras obras públicas ejecutadas por Chellini, se cuenta el mosaico de la “Plaza del Venezolano” que colocó hace justamente treinta años; luego, fuera de los innumerables trabajos particulares a que ha tenido que atender, ha hecho los pavimentos del Palacio de Hacienda, del de Justicia, Museo Boliviano, Academia Militar, Teatro Nacional, y otras muchas en el Interior de la República; trabajos todos en que se puede apreciar la duración del cemento y la fijeza de los colores, pues los materiales que emplea son de primera calidad, y porque sus grandes depósitos hacen que no tenga que emplear el material fresco que pierde su natural consistencia.

Precisamente, por ese gran depósito acumulado que tiene Chellini, ha podido efectuar este trabajo de la Plaza Bolívar, en apenas cuarenta días. Se trataba nada menos de que de colocar 4.400 metros cuadrados de mosaico, 42 metros cuadrados de desagües, 32 de rejas, 337 de escalera de granito y 700 de rodapié.

Con todas estas bellas innovaciones en su piso, nuestra Plaza Bolívar, la más histórica e importante de Caracas, por tener en su centro la celebrada estatua del Libertador, obra maestra, ha quedado a la altura requerida.

Entre las innovaciones que se han efectuado por el contratista Chellini, figuran los desagües, que antes se efectuaban por sobre la superficie del pavimento, siendo una verdadera calamidad en días de lluvia para los peatones que traficaban por las aceras laterales de la Plaza, inundadas por la enorme cantidad de agua que de aquella corría; y los altos rodapiés de granito artificial con que ha protegido los jardines, así como las escalinatas que ahora son más suaves.

La Plaza Bolívar de Caracas hoy modernizada con su artística rotonda de cemento armado, su feérica iluminación eléctrica y este pavimento terso, pulcro, limpio, son obras todas del General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República, que presentan un aspecto encantador y digno del Héroe, cuyo altivo bronce ecuestre se yergue en medio del parque nemoroso, como un eterno paradigma de gloria.

Revista “Billiken”, 26 de diciembre de 1925.

     



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