Se
debe al entusiasmo del Ilustre Jefe de la Rehabilitación, Benemérito General
Juan Vicente Gómez y a su deseo de libertar al país de la dependencia y
sumisión al extranjero.
Aspecto de los trabajos que viene ejecutando en la ciudad de Maracay
el señor General Juan Vicente Gómez, para la construcción de un edificio
destinado a telares e hilanderías. Por su gran capacidad este establecimiento
será uno de los más grandes y completos de la América del Sur. (Revista
“Billiken”. Año 1925).
Uno
de los establecimientos más importantes de Venezuela, en lo que a las
industrias se refiere, es, sin duda alguna, la Fábrica de Tejidos, que como
tantas otras industrias de importancia, se debe al entusiasmo del Ilustre Jefe
de la Rehabilitación, Benemérito General Juan Vicente Gómez y a su deseo de
libertar al país de la dependencia y sumisión al extranjero en muchos ramos
cuya perfecta fabricación es factible en Venezuela.
Con
el orden y método en él característicos, el General Gómez empezó por los
cimientos, estimulando el cultivo del algodón y asegurando a los agricultores
la fácil venta de sus cosechas.
Más
tarde, un especialista en la fabricación de toda clase de tejidos vino a
Venezuela, con un grupo de expertos operarios, para montar las maquinarias,
ponerlas en marcha y enseñar la especialidad a los obreros venezolanos, que hoy
ocupan la mayoría de los cargos de esta importante Empresa, demostrando su
capacidad la riqueza de las telas que se elaboran en los Telares de Maracay.
La
capacidad productora de esta Fábrica de Tejidos es de 6.000 a 8.000 kilos
semanales, contando con 10.000 husos y 300 telares, fabricándose toda clase de
artículos de algodón, como driles, otomanes, percales, toallas, paños de mano,
cobijas, sábanas, mantelerías, telas de piqué, crehuelas, etc; etc.
También
funciona en la fábrica un importante taller de ropa interior para caballeros,
en el que se utilizan telas muy superiores a las que hasta ahora se importaban
al país del extranjero.
Y es
claro que, siendo esta fábrica modelo en su género, cuenta con un tren completo
de máquinas desmotadoras de algodón, departamentos de blanqueos, tintes,
aprestos, etc; aparte de los talleres de mecánica, carpintería, fundición y
cuanto es necesario para la buena marcha industrial del establecimiento.
El
número de operarios es en la actualidad de 700 entre hombres y mujeres. Un
hermoso pozo, que rinde ocho millones de litros de agua diarios, surte a la
fábrica del indispensable líquido, tan necesario para esta clase de trabajos.
Al
frente de esta importante factoría, orgullo de la industria de Venezuela, se
encuentra en la actualidad el conocido hombre de negocios D. Roberto Ramírez.
Telares de Maracay: Edificio y sus enormes salas de
máquinas. (Revista “Billiken”. Año 1925).
Hermoso edificio de los Telares de Maracay,
la gran obra del General Juan Vicente Gómez. (F. Benet. "Guía General de Venezuela". Año 1933).
Visita
a los Telares de Maracay
(Por:
Rafael Seijas Cook).
Me
cupo el honor que me los mostrara el
eminente doctor Tomás Bueno quien desde la colocación de su primera piedra ha
sido el consultor solícito en todos los problemas de construcción; y en verdad,
a obra de tal magnitud bien cuadran los kilates del colega que nos lo enseña.
Colosal, en el concepto más estricto de la palabra, en el Progreso de la
Arquitectura Nacional marca una cumbre que, empinándose, puede alcanzar la
máxima trinidad de nuestros edificios vernáculos: el Palacio de Miraflores, el
Palacio Federal y la Basílica de Santa Teresa. Grandioso y grande, bajo un
régimen simple de líneas sin rebuscamientos decorativos, ocupa un área toda
edificada, capaz de dos “manzanas” caraqueñas. El salón máximo de más de 160
metros de latitud, y los dos casi de las mismas proporciones que sobre él
gravitan, no son capaces a la inmensa maquinaria que deben amparar; y ocho
construcciones más, separadas, limítrofes a ellos, instalarán industrias
afiliadas a la matriz.
Para
su emplazamiento a prueba de fuego y de temblores, se optó por la construcción
de Cemento-Armado, irguiéndose como primera base una torre de acero de 90 pies
de altura, escala y músculo que lleva el material, preparado a ras del suelo
por mezcladoras mecánicas, hasta los puntos más inaccesibles de la
construcción, con una limpia rapidez asombrosa, cabe la colaboración de limitado
personal obrero.
Emplazados
los Telares de Maracay en un centro de dual estrategia, tanto para la
adquisición fácil y siembra de la materia prima, como para el despacho de sus
manufacturas a los lugares de consumo en el interior de la República, y hasta
para una exportación probable a otros mercados, incrementarían, en grande
escala y sin duda alguna, la población de la floreciente ciudad que les da su
nombre. Todavía no estando en actividad, los barrios completos de pintorescas
casitas que se edifican en sitios cercanos a ellos, son una muestra fehaciente
del halagüeño futuro que les espera; barrios que una vez en marcha la Empresa,
crecerán al paso que las nuevas industrias sucedáneas de ésta comiencen a
fructificar, como serán las de la fabricación de aceite de los campos
algodoneros. El mismo Presidente General Gómez con frecuencia visita los
trabajos, dando a los directores, eficaces indicaciones acertadas y
justas.
Revista
“Billiken”. Año 1925.
Telares de Maracay: Sala de hilanderías. (F. Benet. "Guía General de Venezuela". Año 1933).
Telares de Maracay: Sala de preparación de tejidos. (F. Benet. "Guía General de Venezuela". Año 1933).
Telares de Maracay:
Vista parcial de la Sala de aprestos y acabados. (F. Benet. "Guía General de Venezuela". Año 1933).
Telares de Maracay: Uno de los salones de máquinas. (F. Benet. "Guía General de Venezuela". Año 1933).
Telares de Maracay: Taller mecánico. (F. Benet. "Guía General de Venezuela". Año 1933).
Telares de Maracay: Horno de fundición anexo al taller
mecánico. (F. Benet. "Guía General de Venezuela". Año 1933).
Telares de Maracay: Aspecto interior de la
fábrica de tejidos. (F. Benet. "Guía General de Venezuela". Año 1933).
Telares
de Maracay: Una de las secciones de los depósitos de la fábrica de tejidos. (F. Benet. "Guía General de Venezuela". Año 1933).
Telares de Maracay: Edificio de la Fábrica de Aceites. (F. Benet. "Guía General de Venezuela". Año 1933).
FÁBRICA
Y REFINERÍA DE ACEITES
La
semilla de algodón que resulta después de haber sido aprovechada la fibra en
los tejidos, ha dado lugar a una industria nueva en Maracay, cuyo
establecimiento comercial lleva el nombre de “Fábrica y Refinería de Aceites de
los Telares de Maracay”.
Para
dar idea de la importancia de esta industria en los Estados Unidos de Norteamérica,
basta con consignar aquí el dato de que la cosecha de aceite de algodón fue en
dicho país de 1.200.000 toneladas en el año 1925.
La
fábrica de Maracay está equipada con las máquinas más modernas que se conocen
hasta la fecha, y su capacidad productiva de aceites comestibles es de unos
1.500 kilos diarios.
La
refinería está montada a la altura de las mejores del mundo, y sus filtros
refinan diariamente 10.000 kilos de aceites diversos, pues además de los
aceites comestibles, se elaboran otras clases de aceites vírgenes, que se
aprovechan en diversas industrias y en las fábricas de jabón.
Aparte
de los procedimientos generalmente conocidos, la fábrica de Maracay tiene
procedimientos especiales, sobre todo en lo que se refiere a los aceites comestibles,
y que constituyen el secreto de la firma, consiguiendo con ello productos de
una calidad que permite competir ventajosamente con sus similares del
extranjero. El Director de la Fábrica de Aceites es el Sr. Rogelio Anglada
Calvet.
F.
Benet. “Guía General de Venezuela”, 1933.
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