CUANDO VENEZUELA ESTABA BIEN GOBERNADA
sábado, 7 de diciembre de 2024
SOBRINO DEL MARISCAL DE AYACUCHO OPINA DEL GENERAL GÓMEZ
lunes, 20 de marzo de 2023
EL 19 DE DICIEMBRE EN HAMBURGO 1929
Magnífica recepción en Hamburgo, Alemania, en homenaje al Benemérito General Juan Vicente Gómez, por celebrarse el 20° Aniversario de la Rehabilitación Nacional, el 19 de diciembre de 1929. (Foto: Tipografía Vargas).
El señor Rafael Paredes Urdaneta, Cónsul General de Venezuela en
Hamburgo, Alemania, y su señora esposa Socorro Bello Lutowsky de Paredes Urdaneta,
celebraron en su residencia, el pasado 19 de diciembre de 1929, una espléndida
recepción en conmemoración del 20° Aniversario de la Rehabilitación Nacional.
En esta página reproducimos un grupo de la selecta concurrencia que
asistió a la fiesta en homenaje al Benemérito General Juan Vicente Gómez, entre
la cual se contaron las señoras:
María Urdaneta de Paredes, Dolores Lutowsky de Bello Rodríguez, hermanas
Baasch, Isabel de Koch, Hahn Echenagucia, Heyden, Julia Müeller, Neumann,
Brockmann, Kochen, Liebisch, Heyden Altuna, Bellingroth, Schierenberg, Behrens,
Leisse, Rendtorff, Lammers, hermanas Goetz, Schultz, Dr. Moeller.
Señoritas: Dolorita Bello Lutowsky, Margarita Wallis, Leonor Wallis, Bruzual, Witzke, De Lemos, Berta Vollmer, Neumann, Brockmann, Koch, Luebs, Heuser, Caballero, Baasch.
Señores: Ludwig Koopmann, Cónsul de Venezuela en Altona; Dr. Ramón I. Chacón, Vicecónsul de Venezuela en Hamburgo; Oswaldo Baasch, Adolfo Baasch, Guillermo Hayden, Carlos Hayden Altuna.
Estudiantes de Medicina: Pedro Abreu, Ismael Rodríguez, Teófilo Sánchez,
Dr. Fonseca, Eduardo Hahn, Lammers, Lentz, G. A. Kochen, Behrens, Curt Zieger,
Álvaro Morales, Carlos Firnhaber, Neumann, Brockmann, Luis Báez Santana, Carlos
Báez Santana, Schultz, Bellingroth, Bellingroth hijo, Schierenberg, Liebisch,
Rendtorff Montovio.
Y representantes de los diarios: "Hamburger Nachrichten",
"Hamburgischer Correspondent", "Hamburger Fremdenblatt",
"Hamburger 8-Uhr Abendblatt", "Altonaer Nachriehten", "Altonaer
Tageblatt", etc., etc.
(Publicado en la Revista "Élite", el 16 de febrero de
1929).
lunes, 21 de marzo de 2022
EL PRESIDENTE GÓMEZ EN OCUMARE DE LA COSTA
El Benemérito General Juan Vicente Gómez, sin guantes, en compañía de su hijo, Florencio Gómez Núñez, disfrutando el paisaje y la saludable brisa marina de Ocumare de la Costa. Año 1933.
El Benemérito General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República de
Venezuela, ordenó construir importantes obras en Ocumare de la Costa, Estado
Aragua, como la carretera de Maracay a Ocumare, inaugurada el 9 de mayo de
1916, el Acueducto con el que se logró surtir a esta población de agua potable
en 1917 y el Muelle para la llegada de embarcaciones en 1918, entre muchas
otras.
El señor Presidente de la República, Benemérito General Juan Vicente
Gómez, pasó breve y grata temporada, durante los días de la Semana Mayor, en el
histórico y hospitalario pueblo de Ocumare de la Costa, acompañado de miembros
de su distinguida familia y de un selecto grupo de amigos.
La población de Ocumare dista algunos kilómetros de la playa, amplia y
serena, conceptuada por muchos como una de las más hermosas y pintorescas del
mar Caribe.
Las gentiles y encantadoras señoritas Cristina Gómez Núñez y María Teresa Núñez Tovar, en la Quinta presidencial de la linda playa ocumareña, en plática cordial con sus devotos amigos los doctores Pedro del Corral, Pedro Antonio Gutiérrez Alfaro, Pedro González Rincones, trío de eminentes galenos, y don Raúl Carrasquel y Valverde. Año 1933. (Foto: Dr. Wladimir de Chelminsky).
El Presidente Gómez, fervoroso amante la Naturaleza, pasaba largas,
plácidas horas contemplativas en la playa de Ocumare, e hizo, el Miercóles
Santo, un interesante viaje a bordo del crucero de guerra "General
Salóm" al futuro puerto libre de Turiamo, escoltado por la poderosa
lancha "Táchira", y en compañía de sus hijos Juan Vicente y
Florencio Gómez Núñez y de su Secretario, doctor Rafael Requena.
Tres sugestivos aspectos de la hermosa playa de Ocumare de la Costa. (Fotos: Dr. Wladimir de Chelminsky).
El palomar de Ocumare de la Costa. (Foto: Dr. Wladimir de Chelminsky).
(Publicado en la Revista "Élite", el 22 de abril de 1933).
lunes, 22 de noviembre de 2021
LA DEUDA
(Por: Juan
Liscano)
Juan Liscano, poeta, escritor, ensayista, editor e
intelectual venezolano, de gran influencia cultural a mediados y finales del
siglo XX, reconocido como folclorista, columnista y promotor cultural.
El General Juan Vicente Gómez, desde donde esté reflexiona para sus
adentros: "Anjá. Con que éstos son los que iban a mejorar al país. Mire
pues. Yo pagué todo lo que debía el loquito de Castro y éstos volvieron a
ponerse a deber. A mis compatriotas nadie los corrige... sino gente como
yo".
Se le atribuye a un Presidente de la República del Perú, la siguiente opinión emitida hace unos años:
"Los problemas de la América Latina nunca se resuelven o se
resuelven solos".
Este fatalismo teñido de humor no puede ser aceptado desde el punto de vista de la ética patriótica, pero tiene sus visos de realismo cínico y corresponde en la actualidad, a una situación general que no auspicia optimismo alguno con respecto al destino de los "cachorros del león español".
A los 170 años de la Independencia (un promedio), la América india, hispánica o latina, tras de haber arrojado sobre Europa y luego, sobre Estados Unidos, la fauna de sus millonarios, se convirtió en un club de deudores aterrador, porque no es nada seguro que alguna vez pueda cancelar con los bancos de los países desarrollados, el enorme compromiso contraído en aproximadamente una década. Arturo Uslar Pietri calificó de tragicomedia lo sucedido.
En realidad lo cómico y lo trágico se conjugan en esta nueva incidencia de
nuestras repúblicas tan sui generis, y la no cancelación de los miles de
millones adeudados puede afectar profundamente el sistema financiero mundial.
La comicidad en este asunto estriba, por una parte en la facilidad, más
aún, la oferta entusiasta de los banqueros del mundo desarrollado por prestar
dinero a los países del Tercer Mundo, bien conocidos por su tradicional
insolvencia y desorganización, y en la avidez lógica con que éstos recibieron
las cantidades de dólares y en la rapidez con que desaparecieron, consumidos
por el populismo, la corrupción, la burocracia, la ineficacia, la incapacidad
de productividad y producción. Con mucho menos, el Plan Marshall reconstruyó a
Europa.
La otra parte cómica es la reacción del deudor. Tras de recibir el
dinero, dilapidarlo vertiginosamente y quedar en estado deficitario, protesta porque
se le cobra, esgrime argumentos silogísticos, invoca la democracia y la
libertad, los manes patrios, y quiere poner condiciones a la cancelación de su
deuda. Los prestamistas se aterran ante esta nueva situación imprevista. Los
deudores cierran filas para que no les cobren lo adeudado.
La deuda se convierte en un modo de reivindicación latinoamericanista. "Debemos...
por lo tanto somos". "Hay que unirse ante la amenaza del
cobro". "No pagaremos sino cuando nos convenga". "Ustedes
tienen la culpa por habernos prestado dinero". "Pagar implica un alto
costo social". "Nuestra dignidad nacional no puede ser rozada por
esas cuestiones de cobro insolente". "No nos someteremos a la
vergϋenza de pagar". Y hasta hay quienes sostienen, después de haber
recibido el dinero prestado y haberlo gastado alegremente, que se trata de un
asunto político y no económico. Por supuesto salieron a relucir las
acusaciones tradicionales antimperialistas, las exigencias de
autodeterminación y nacionalismo sano.
Pareció en un momento dado, que una vez más la América Latina era la
víctima de la codicia, los miles de millones prestados y dilapidados por sus gobiernos,
constituían una criminal ingerencia de las multinacionales, de las potencias,
de la banca internacional. Ni a Avivato se le hubiera ocurrido una
salida semejante.
Hubo un tiempo en que las potencias imperialistas cobraban sus deudas
interviniendo militarmente, ocupando territorios, o bombardeando puertos. Las
cosas han cambiado. Ahora se refinancian las deudas. Es decir, se reconoce lo
que se debe y se vuelve a pedir prestado para pagar. América Latina ha dado el paso
de reconocer su deuda. Ella forma ya parte de su futuro. Venezuela refinanció
su deuda. Al parecer en condiciones honorables. Es un haber en la cuenta de
este gobierno.
¿Pero cuánto pesaran en los años venideros estos compromisos adquiridos
a sabiendas? ¿Quién dice que se cumplirá lo acordado? Mientras tanto los
banqueros hacen su mea culpa y el General Juan Vicente Gómez, desde donde esté
reflexiona para sus adentros: "Anjá. Con que éstos son los que iban a
mejorar al país. Mire pues. Yo pagué todo lo que debía el loquito de Castro y éstos
volvieron a ponerse a deber. A mis compatriotas nadie los corrige... sino gente
como yo".
JUAN LISCANO
(Publicado en el diario "El Nacional", el 6 de octubre de
1984).
viernes, 10 de septiembre de 2021
FAMOSA BAILARINA NORKA ROUSCAYA EN VENEZUELA 1924
La gran bailarina y violinista, Norka Rouscaya, realizó giras por varios
países de Sudamérica, entre ellos Venezuela en 1924, durante la presidencia del
Benemérito General Juan Vicente Gómez, gran entusiasta e impulsor de la
actividad artística en el país, bajo cuyos auspicios, se presentaron las más
importantes figuras de fama mundial de su época.
Su nombre real era Delia Franciscus. Nació en 1899, en el Cantón del
Tesino, que se encuentra en el Sur de Suiza y que está casi enteramente
circundado por Italia, con el que limita al Este, Oeste y Sur. Por ese motivo,
la magnífica bailarina Norka Rouskaya, se consideraba casi italiana ya que la región
hablaba el idioma enteramente.
La Rouskaya, además de bailar estupendamente, también se destacó tocando muy bien el violín
NORKA ROUSKAYA
LA BAILARINA DE LOS PIES DE ROSA
En la Redacción de BILLIKEN. Se ha detenido un auto; golpea la
portezuela; Se oye un ledo frou-frou de sedas; se inicia un suave
perfume femenil y una encantadora voz pregunta: "¿Está el
Director?" ¡Una mujer! iLa Venus de Milo que se ha encontrado los
brazos que le hacían falta y unos dedos prodigiosos!
¡Ah, vamos! ¿usted es la bailarina rusa?
Norka Rouskaya: Propiamente soy casi italiana.
Ya lo decía yo, porque en vez del frío hiperbóreo del polo siento junto
a usted como si estuviera al lado del Etna o del Vesubio. Precisamente, me proponía
ir, por encargo de BILLIKEN, a hacerle una entrevista.
Norka Rouskaya: Vaya usted a verme bailar y tocar, es mejor.
Tiene usted razón, es preferible una impresión, una instantánea de su trabajo artístico. Eso de las interviús o tete-a-tete, si bien nos dan una nota ligera acerca de la psicología de la artista, está algo gastado; además, a usted ya la entrevistaron.
Norka Rouskaya: Sí, sí; mis pies y mis manos le hablarán mejor, pues si es buen entendedor con esa media palabra basta.
Ni media palabra más, pues por otra parte, a cantantes, danzarinas o divettes, los cronistas han inventado para ellas eso del príncipe ruso que se enamora como un idiota; parece que los rusos no sólo son de abrigo, como los gabanes, sino que son tontos de capirote.
Norka Rouskaya: Ah, pero el mío es de
verdad. Tanto mejor, si no fuera que después de la gran guerra los príncipes
rusos han sufrido una depresión más horrorosa que la del marco alemán. En casa
tengo un príncipe ruso que se salvó de la quema, se vino de incógnito, y ahora
me friega los platos. Usted es un cuadro que necesita otro marco.
He visto bailar y he oído tocar a la Rouskaya. Es una gran artista en toda la amplitud del vocablo; tiene como bailarina una variedad de gestos notable, la mímica llega en ella a entonaciones trágicas; el violín lo pulsa con una seguridad que cautiva por la enorme fuerza y sobriedad de arco. La actitud y el ademán acentúan la elocuencia de la expresión.
Además, su cuerpo flexible y juncal, su rostro, carne de lirios y azucenas, más que de rusa es de pura cepa toscana; nariz griega y ojos como dos pozos profundos y negros le dan la más sugestiva apariencia.
Es difícil apreciar a una artista de tan varias y opuestas aptitudes, cuyas cuatro extremidades tienen tan sugerentes sabidurías. A veces me decido por la violinista; otras, los ojos se van tras el encanto de unas pantorrillas musculosas y bien torneadas; la plástica domina y vence en la mirada poco comprensiva de la multitud, y en esto todos somos multitud.
Budha es una danza llena de alucinaciones orientales. Damasco, Cachemira, Samarkanda, Bagdad; es una pesadilla de opio, lenta y misteriosa. Scherezade renace en líneas armoniosas. La griega Thais, musicada por Massenet, nos transporta a la divina Hélade con sus ritos muertos; Pan que corre ebrio de lujuria tras las ninfas de cabelleras hirsutas, cuyos tobillos adornan bárbaras ajorcas. Thais bajo el cielo azul de Alejandría no hubiera filosofado con los pies como Norka Rouskaya. La ondulación del busto, ya suave, ya agitado, lleva en esencia el ritmo pitagórico. Es griega toda ella y creo que Isadora Duncan, la danzarina de los pies desnudos, es la verdadera maestra, de sus danzas litúrgicas.
Tenía razón la bailarina. ¿Para qué ir a entablar con ella una conversación en preguntas y respuestas como si fuera una colegiala? Y sobre todo que a mí no me importa que haya rocanegrizado a un príncipe del muerto Imperio de los Zares; lo importante es que la Rouskaya no me vuelva el juicio a mí, lo que no es difícil le pase a cualquiera sea el misógino San Antonio, con media hora de charla al lado de esta imperial artista.
Y así, hundido en mi butaca roja del Teatro Nacional, la mente abstraída, los ojos puestos en la bayadera esbelta y todo oídos al armonioso ritmo orquestal, la oigo, me habla perfectamente lo que me interesa; algo fuera de toda pauta; un desorden organizado de piruetas, plástico, avasallador, alado. Sierpe a veces, paloma fugitiva, otras.
El Teatro Nacional tenía para la Rouskaya un precedente aplastante, agobiador; allí, sobre sus tablas se habían posado ya los pies divinos de la alocada Tórtola Valencia, y a fe que Ia Rouskaya, con el dulce peso de su cuerpo, hizo crujir el tablado con igual y cadencioso ritmo.
El público de Caracas, con las estrellas que ha visto en el arte coreográfico, ya sabe situarse en el verdadero plano visual y aprecia las danzas exóticas en su justo valor arcaico, o al menos, desconocido, así como esas danzas sabias de los maestros modernos que con caracteres mímicos y de esfinge, nos quieren mostrar todo un estado pasional de alma meditativa.
EL BACHILLER MUNGUÍA.
Juan José Churión.
(Publicado en la Revista "Billiken", el 29 de diciembre de 1923).
EN EL TEATRO NACIONAL DE CARACAS
Portada con la bella imagen de Norka Rouscaya, celebrada bailarina clásica que actuó en el Teatro Nacional de Caracas, Venezuela. Revista Venezolana "Billiken", el 5 de enero de 1924.
Un auténtico suceso de arte resultó la velada que, en beneficio de la
genial bailarina clásica Norka Rouskaya, se efectuó en el coliseo de Los
Cipreses, el Teatro Nacional de Caracas, la noche del jueves último. Una de las más selectas concurrencias que
recordarse pueda, llenó la sala del bello teatro, lleno de flores y de mujeres
bellas, todas las cuales fueron a batirle palmas a la insigne artista que
tantos admiradores cuenta entre nosotros, por su gran talento y la maestría con
que ejecuta sus danzas, en cuya interpretación, al poner toda su alma de
artista, abre una interrogación y vienen a la mente del espectador consciente
los saltos de Tórtola Valencia, en ese mismo coliseo.
"Salomé" y otras muchas danzas bailadas a perfección por esta bella mujer que está haciendo las delicias del público caraqueño, son suficientes para situar a grande altura su nombre de bailarina eminente.
Los espectadores, que tan justicieramente han recibido a Norka y que han tenido para ella atenciones y aplausos, están esperanzados en que no sean éstas las últimas funciones con que la genial bailarina deleite al público de esta ciudad.
La función estuvo dedicada al señor General Juan Vicente Gómez,
Presidente Constitucional de la República.
(Publicado en la Revista "Billiken", el 12 de enero de 1924).
Todos recordamos aquí, en Caracas, aquella grácil y esbelta danzarina que, como Isadora Duncan, la de los pies desnudos, trazaba maravillosos poemas, con los suyos, y que ahora se hace llamar La Rouskaya.
Londres, París, Viena y últimamente Buenos Aires, han aplaudido la originalidad potente y consciente de esta artista que triunfa en la impecable línea de su cuerpo.
La Rouskaya en un acto de femenil rebeldía no ha querido que las tijeras tronchen su hermosa cabellera castaña.
Todos los movimientos de Rouskaya, son rítmicos, estéticos, mayestáticos. Pero a veces interrumpe la línea armoniosa de su cuerpo en un esguince lleno de ingenuidad.
La bella danzarina descansa y añora en un sueño remoto, la plasticidad impecable de las líneas griegas.
(Publicado en la Revista "Billiken", el 19 de junio de 1926).
jueves, 29 de julio de 2021
NUEVA AVENIDA EN EL CEMENTERIO GENERAL DEL SUR 1920
Verja construida en el Cementerio General del Sur bajo la Administración
del General Juan C. Gómez, Gobernador del Distrito Federal, en el año 1918. Caracas, Venezuela.
Interpretando debidamente el plan de progreso patriótico iniciado por el Benemérito General Juan Vicente Gómez.
Estados Unidos de Venezuela.
Ministerio de Obras Públicas.
Dirección de Edificios y Ornato de Poblaciones.
Caracas: 23 de abril de 1920. 111° y 62°
Resuelto:
Por disposición del ciudadano Presidente Provisional de la República,
procédase a la construcción por el sistema de concreto, de la Avenida que desde
El Puente de Hierro y el Puente Sucre conduce al Cementerio General del Sur.
La dirección y administración de dichos trabajos estarán a cargo de este
Despacho, el cual librará las órdenes de pago de conformidad con el adelanto de
la obra.
Comuníquese y publíquese.
Por el Ejecutivo Federal,
Luis Vélez.
Por Resolución Ejecutiva se ha dispuesto que, partiendo de los puentes
de Hierro y Sucre, hasta el Cementerio General del Sur, se construya de cemento
aquella larga avenida.
Esta nueva obra pública, que se ha ordenado construir responde a una
necesidad de tráfico, que es en aquella parte de la ciudad bastante intenso, y
contribuirá además, a darle mayor realce a Caracas, que día por día recibe los
constantes beneficios de un Gobierno que está siempre atento a construir todas
aquellas obras de verdadera utilidad pública para el país, interpretando
debidamente el plan de progreso patriótico iniciado por el Benemérito General
Juan Vicente Gómez.
La Resolución de tan importante obra y que será acogida con el
beneplácito que es de suponer por el público, es ya un nuevo título adquirido
por el Gobierno de la Rehabilitación a la gratitud de Caracas.
(Publicado en el periódico "El Nuevo Diario", el 24 de abril
de 1920).
viernes, 11 de junio de 2021
PRESIDENTE DE LA GENERAL MOTORS DE VISITA EN VENEZUELA 1931
El importante y destacado hombre de negocios norteamericano Alfred P. Sloan,
Jr., Presidente de la General Motors Corporation, visitó Venezuela durante la
Presidencia del Benemérito General Juan Vicente Gómez en el año 1931, en viaje
de recreo para conocer las magníficas vías de comunicación de nuestro país.
Ayer llegó a La Guaira, en su yate particular, el señor Alfred P. Sloan,
Jr., Presidente de la General Motors Corporation, una de las más importantes
empresas mundiales, con ramificaciones de importancia en todas partes del
mundo.
El señor Sloan llega a Venezuela en viaje de recreo, que está haciendo
por la América Latina, y se muestra muy bien impresionado de su jira. Una vez en
Caracas fue alojado en el Hotel Majestic, en compañía de su señora y
distinguidas personalidades que lo acompañan.
Los distribuidores para Venezuela de la General Motors Export Company,
que son la Corporación Venezolana del Motor y la Oficina en Caracas de dicha
General Motors, regentada por el señor John C. Tyler, han atendido al visitante.
Éste salió hoy en automóvil por la Carretera Occidental, que desea
conocer, ya que fue construida por orden del Benemérito General Juan Vicente
Gómez, Presidente de la República de Venezuela, para unir y comunicar completamente al país.
La Corporación Venezolana del Motor, le ofrecerá un almuerzo en el Hotel Jardín de Maracay, y el señor Sloan y sus acompañantes seguirán a Puerto Cabello, donde volverá a embarcarse en su yate para continuar viaje.
(Publicado en el Periódico "El Nuevo Diario", el 27 de febrero de 1931).